DIARIOS DE VIAJE - De Cerdeña a Bali
Érase una vez, los amigos de mi buen amigo "Smate" empezaron a trabajar para Ticket To The Moon en "la isla". Y no me refiero a cualquier isla, sino a Bali, un lugar mágico donde esta historia cobra vida poco a poco. ¡Participen! ;)
Smate, otros dos amigos y yo decidimos viajar a otra isla: la hermosa Cerdeña. Nuestro plan: estrenar nuestras nuevas hamacas y disfrutar del mejor drum and bass en el Festival Sun and Bass. Encontramos un lugar absolutamente perfecto para las hamacas, con árboles retorcidos en plena costa, ideal para relajarnos en nuestras hamacas tamaño king.
Repetimos este ritual durante dos años. Después, mis amigos decidieron no acompañarme más, así que fui solo, sabiendo que allí haría nuevos amigos.
Y efectivamente, allí estaba de nuevo, en ese lugar increíble, tormentoso y, a la vez, perfecto en la naturaleza. Sola con mi hamaca. Una piedra pesada fue colocada en el pequeño bolsillo lateral de mi hamaca para cerrar la entrada, permitiéndome acurrucarme como un capullo. El viento no tuvo ninguna oportunidad, ya que el material de paracaídas de la hamaca simplemente lo dejó pasar sobre mí.
A la mañana siguiente, me desperté con el sol naciente, después de una noche de olas rompientes y vientos aulladores, y salí de mi hamaca como una mariposa desplegando sus alas. Sentí que renacía.
Este lugar es mi espacio sagrado. Aquí se plantó la semilla que más tarde me llevó a Bali, para mi formación como profesor de yoga.
Un año después, tuve que regresar con nuevos amigos. Así que me llevé cinco hamacas nuevas a Cerdeña en mi pequeña mochila negra.
Fue una experiencia inolvidable.
Más tarde, en Ciudad del Cabo, esta mochila me acompañó en todas mis excursiones por la montaña. Allí conocí a Neils, de los Países Bajos, un trotamundos al comienzo de su viaje. Como regalo de despedida, le di mi querida mochila. Sabía que la necesitaría, y que algún día encontraría una nueva, "en algún lugar".
Unos meses después, tras completar mi formación de yoga en Bali, me lancé sola a explorar la belleza natural de la isla; las cascadas eran una prioridad. Tras seis horas de caminata por los arrozales camino de la cascada de Aling Aling, de repente recordé mi vieja mochila y pensé que definitivamente debía comprarme una nueva antes de irme.
Y de repente, justo después de pensarlo, apareció una pequeña tienda en medio de la selva. ¿Y qué tenían allí? Una mochila Ticket To The Moon, solo para mí. Esta vez roja, no negra. Así cambian las cosas.
